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Aprendé qué significan las palabras de tu Online Banking y otras aplicaciones financieras. Entender cómo funcionan te da seguridad para lograr tus metas y objetivos.
Es plata en forma de plástico y te permite realizar compras locales o en el exterior. Las tarjetas de débito están mayormente relacionadas a trabajos en relación de dependencia. Las tarjetas de crédito se pueden adquirir en otras entidades que no pidan tantos requisitos.
Tarjeta de débito
En muchos casos, la tarjeta de débito está vinculada a la cuenta donde se deposita el salario, y permite usar ese dinero de forma directa para compras o retiros.
El límite se da por el saldo que tengas disponible en tu cuenta.
Cuando realizas un pago, es inmediato. El dinero se descuenta de tu saldo total.
Tarjeta de crédito
Las tarjetas de crédito emitidas por entidades no bancarias, como financieras, cooperativas o empresas de servicios, no exigen tener una cuenta en un banco tradicional. Esto amplía las posibilidades de acceso al crédito, especialmente para quienes no están bancarizados o buscan alternativas más flexibles.
El límite es asignado por la entidad y se asigna según score crediticio.
A diferencia de la tarjeta de débito, el dinero no se descuenta en el momento. Las compras se abonan posteriormente, total o parcial, al cierre del resumen.
Permite realizar compras y pagarlas en cuotas según la promoción vigente o el plan del comercio. Es una herramienta que facilita el consumo planificado.
Un préstamo es un acuerdo financiero en el que una entidad (banco, financiera, cooperativa, etc) entrega una suma de dinero a una persona con el compromiso de que esa suma será devuelta en un plazo determinado. En otras palabras, es una forma de acceder hoy a un dinero que todavía no tenés, a cambio de devolverlo en cuotas futuras.
El objetivo de un préstamo puede cubrir gastos personales, financiar un proyecto, consolidar deudas, invertir o simplemente afrontar una urgencia económica.
Cuando se gestiona bien, un préstamo es una herramienta de planificación financiera. Pero si se usa sin control o sin evaluar la capacidad de pago, puede convertirse en una fuente de endeudamiento. Por eso, es muy importante conocer tu capacidad de pago.
Para solicitarlo no se requiere tener cuenta en un banco tradicional, y su aprobación se basa en criterios más amplios que los tradicionales
Los intereses son el costo de usar ese dinero que no es tuyo.
Cuando solicitas un préstamo, la entidad financiera cobra un porcentaje adicional por prestar ese dinero: ese porcentaje es el interés.
Conceptos clave para entender los intereses:
Tasa de interés
Es el porcentaje que se aplica sobre el monto prestado. Puede ser fija (no cambia durante todo el préstamo) o variable (puede ajustarse según la inflación u otros índices económicos).
Interés simple
Se calcula siempre sobre el capital inicial.
Ejemplo: si pedís $100.000 con un interés simple del 10%, pagarás $110.000 al final del plazo.
Interés compuesto
Se calcula sobre el capital más los intereses acumulados. En este caso, los intereses “generan más intereses”. Es el sistema más común en préstamos y tarjetas de crédito.
Tasa Nominal (TNA) y Tasa Efectiva (TEA)
Son indicadores que permiten comparar el costo real de un préstamo. La TNA muestra la tasa anual sin capitalización, mientras que la TEA incluye los efectos del interés compuesto, por lo que refleja el costo total más realista.
Costo Financiero Total (CFT)
Incluye no solo los intereses, sino también todos los cargos asociados (comisiones, seguros, impuestos). Es el dato más importante para saber cuánto pagarás en total.